EXTENSIÓN DEL POSTNATAL Y COMISIÓN "MUJER,TRABAJO Y MATERNIDAD"

El Jueves 29 de Abril se dio a conocer la Comisión "Mujer, trabajo y maternidad" destinada al análisis de la legislación laboral de protección a la mujer y la maternidad, con el propósito de elaborar propuestas que permitan la incorporación equitativa de las mujeres en el mercado del trabajo. Esto involucra, entre otros aspectos, la revisión del pre y post natal, los subsidios por enfermedad grave de hijo menor de un año, la revisión del artículo 203 del código de trabajo que asigna el costo de las salas cunas sólo a la mujer, el permiso de amamantamiento y el fuero maternal.

La ministra del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), Carolina Schmidt, se ha referido al propósito que anima a la Comisión: “su objetivo es analizar y estudiar la mejor propuesta que nos permita cumplir con nuestro objetivo de lograr un mejor cuidado para nuestros niños y a su vez incorporar a las mujeres en el mundo del trabajo”.

Las cifras entregadas por el Sernam en el marco de la designación de la Comisión destacan el desmejorado lugar de Chile respecto a la participación laboral femenina, desigualdad de remuneraciones por el mismo trabajo, participación económica y oportunidades de la mujer según reportes del Foro Económico Mundial, así como el bajo índice de participación laboral femenina que ostenta nuestro país en relación a los países de la región, que alcanza sólo un 41 por ciento.

En relación a este tema consideramos es un paso tremendamente positivo y necesario el análisis e implementación de medidas integrales que contribuyan a disminuir la inequidad de acceso al trabajo y condiciones laborales para las mujeres en nuestro país.Creemos, sin embargo, que este importante aspecto no puede ni debe perder de vista el tema central y prioritario en la revisión de la legislación laboral de protección a la maternidad y paternidad, que es el de generar condiciones óptimas para el sano desarrollo de las nuevas generaciones de niños y niñas en nuestro país.



Al respecto, cabe destacar una vez más la vital importancia de los primeros años de vida para el desarrollo de las facultades motoras, de lenguaje, afectivas, cognitivas y sociales humanas, cuyo daño guarda un carácter grave y difícilmente reversible. En este sentido, los vínculos de cuidado exclusivo en los primeros años de vida resultan críticos para el desarrollo sano posterior de niños y niñas, ya que en este período sólo en forma afectiva e intensamente asistida los bebés pueden llevar a cabo el aprendizaje de las facultades humanas de movilidad, lenguaje, vínculación afectiva y primeras etapas de desarrollo cognitivo.

Creemos que en este punto resulta fundamental hablar de una legislación que sea equitativa respecto a las necesidades de los niños de nuestro país, puesto que las falencias durante los primeros años de desarrollo tienen un impacto de tal repercusión en el desarrollo humano que sólo con intensos procesos terapéuticos y la inversión de grandes recursos es posible intentar superar las falencias y/o posibles daños que se puedan producir en esta etapa.

Al respecto nos preocupa se consideren los diversos estudios científicos que evidencian estos hechos, así como el alto nivel de calidad, exigencias y recursos que requiere la implementación de una atención parvularia de calidad que pueda en alguna medida compensar la ausencia de un cuidado afectivo exclusivo durante los primeros años de vida, que han llevado, por ejemplo, a países como Inglaterra a privilegiar la extensión del postnatal por sobre otras políticas. Nos preocupa especialmente, además, porque, siendo realistas, uno de los sectores más desvalorizados socialmente y que sufre más graves precariedades de toda la educación chilena es precisamente el área de la educación parvularia, como ha evidenciado recientemente y de manera dramática, el pésimo resultado de los egresados de esta área en el Test Inicia de evaluación docente.

En este sentido nos parece gravísimo que los argumentos utilizados para no extender el período postnatal e incluso disminuir el cuidado exclusivo de los bebés por la entrada de las madres al trabajo a media jornada incluso antes de los actuales 84 días de postnatal, ampliando con este motivo la cobertura de las salas cunas, obvie por completo los estudios científicos especializados en desarrollo infantil y no discrimine las diferentes etapas del desarrollo infantil temprano, ya que está demostrado que el cuidado afectivo exclusivo durante el primer año de vida, es un predictor de un mejor desarrollo infantil en todas las áreas que el esperable por un cuidado no exclusivo como el de salas cunas, inclusive según estándares de alta calidad vigentes en la Comunidad Europea.

En este contexto consideramos constituye una burda falacia la justificación en nombre de la equidad de medidas arbitrarias desde el punto de vista de la salud infantil, como es el incentivo del uso de salas cunas para recién nacidos menores de un año, en circunstancias que las familias de mayores ingresos buscan asegurar el cuidado exclusivo de sus bebés e hijos menores mientras las madres trabajan, por la contratación en forma privada de otras mujeres - enfermeras, niñeras y educadoras de párvulo- que brindan cuidado exclusivo a sus hijos, sin optar a salas cunas, como es el caso de ministras, alcaldesas, senadoras, empresarias y gerentas que se insiste en poner como ejemplos para la opinión pública. Para qué engañarnos: si se trata de hablar en forma honesta de equidad ante la ley, el cuidado exclusivo que estas mujeres buscan ofrecer a sus hijos sería posible para todos los recién nacidos con la extensión del postnatal, que involucra además la vital importancia de la lactancia materna presencial y el vínculo con la madre.

En este sentido, una mejor medida para favorecer un cuidado de calidad para los recién nacidos y bebés menores de tres años, involucraría invertir recursos en mejorar de manera sustancial la atención y acompañamiento familiar desde la gestación y primera crianza, invirtiendo recursos en optimizar medidas ya implementadas desde políticas públicas como el programa de protección a la primera infancia Chile Crece Contigo, mejorando y potenciando de este modo el rol de crianza de las familias. Sólo medidas como estas pueden ser realmente eficientes ante fenómenos como los altos índices de maltrato infantil y trastornos de desarrollo que afectan a los niños de nuestro país, y que honestamente el sistema de salas cunas no está orientado ni preparado para enfrentar ni resolver.

En este contexto nos preocupa la utilización liviana de una concepción ya superada de equidad en relación al género, que tiende a invisibilizar y/o negar las diferencias entre los géneros. Como han demostrado ampliamente los estudios de género, vivimos en una cultura heredera de concepciones de género que han sobrevalorado los dominios masculinos de lo público por sobre los ámbitos de cuidado familiar y doméstico, desvalorizando y negativizando las labores de cuidado infantil y el trabajo doméstico. Esperamos que el debate nacional sobre las leyes de protección a la maternidad y paternidad puedan superar por completo tales referentes, propios de una cultura profundamente machista, y posibilite, en cambio, un respeto verdadero hacia la responsabilidad y el derecho de hombres y mujeres, de valorar y priorizar el cuidado de sus hijos pequeños.

En este sentido creemos es un avance fundamental y necesario que la legislación pueda acoger las responsabilidades y necesidades familiares, considerando la participación de los hombres en el cuidado de los hijos. Sin embargo tenemos la rotunda convicción esto debe ser planteado en respeto pleno de la importancia de la lactancia y vínculo materno, sin vulnerar de ningún modo el tiempo óptimo de lactancia materna y la generación de vínculos de apego seguro con la madre. Tenemos la convicción además, que ninguna extensión en este sentido puede ser motivo para menoscabar la actual protección del período prenatal, que cuenta con importantes razones de salud ampliamente demostradas y cuya vulneración puede implicar serios riesgos para los niños por nacer, así como para las mujeres y familias en su conjunto.

Al respecto, destacamos el aporte de las actuales corrientes de equidad de género en salud, cuyos estudios en las últimas décadas han relevado que la salud de hombres y mujeres no es uniforme, enfatizando la importancia de visibilizar y asumir los aspectos que afectan de manera diferencial la salud de hombres y mujeres, entre ellos las condiciones en que se asumen la maternidad y paternidad.

En este sentido nos parece grave y sumamente alarmante la invisibilización de los costos y padecimientos que implica para mujeres, padres y familias el tener que dejar el cuidado de sus hijos durante los primeros meses de vida, por motivos laborales. Al respecto lamentamos la difusión mediática de interpretaciones y generalizaciones de escaso rigor metodológico en torno a la opinión de las mujeres chilenas, como lamentablemente ha ocurrido con el estudio de Comunidad Mujer sobre este tema. En este sentido, sentimos como totalmente ilegítimo que un grupo reducido de mujeres intente imponer sus temores y expectativas al resto de las mujeres y familias chilenas, utilizando un discurso negativizador y atemorizante respecto a la relación entre maternidad y trabajo, pretendiendo imponer en último término que la prioridad deba ser para todos/as el status profesional y la productividad económica.

Creemos que es comprensible y absolutamente legítimo valorar como la primera prioridad poder cuidar a nuestros hijos recien nacidos en el período postnatal, así como considerar su sano desarrollo como la más alta y seria responsabilidad, labor y desafío. Como mujeres, padres y familias queremos tener una opción de que esas legítimas prioridades respecto a nuestra responsabilidad como padres puedan ser respetadas y acogidas en la legislación de protección a la maternidad y paternidad en nuestro país. No se trata de querer más "recreo" como se refirió a ello la Ministra de Sernam, sino precisamente de lo contrario, de no eludir, de tener la posibilidad de asumir la enorme responsabilidad y desafío que implica cuidar a nuestros hijos cuando nacen.

En esta línea, sabemos que la equidad económica y laboral de género es absolutamente necesaria, sin embargo, creemos también que el eje primordial del debate no debe desviarse y olvidar la perspectiva del interés superior y sano desarrollo de los niños y niñas de nuestro país. Ellos son aquella población más vulnerable que el Estado y todos nosotros como sociedad somos responsables de proteger y potenciar en primer lugar, lo que implica el desafío de acoger y respetar las verdaderas necesidades de las mujeres y familias chilenas en su diversidad.

En este sentido proponemos que el enfoque primordial en la revisión de la legislación laboral de protección a la maternidad y paternidad en Chile sea un enfoque holístico y preventivo de salud, en consideración del alto impacto social de los primeros años de vida para el desarrollo de las nuevas generaciones, así como para el bienestar de mujeres, padres y familias. Por ello consideramos crucial que la Comisión "Mujer, trabajo y maternidad" pueda considerar en forma prioritaria la posición de expertos en desarrollo infantil- pediatras, matronas, neonatólogos, psicólogos, educadores- así como cientistas sociales y expertos en el área de género y salud. Así también la participación de organizaciones de mujeres, padres y familias.

Creemos que las perspectivas económica, laboral y legal son absolutamente necesarias pero en modo alguno suficientes para abarcar las necesidades que atañen a la salud y desarrollo de nuestros hijos, así como nuestra realidad como familias en su diversidad. Por esta razón, junto con felicitar la conformación de la Comisión "Mujer, trabajo y maternidad" esperamos pueda integrar prontamente el aporte de organizaciones acreditadas como expertos en las áreas prioritarias mencionadas, así como representantes de organizaciones de la sociedad civil, como una condición básica para la formulación adecuada y pertinente de las políticas públicas que afectan a la infancia y familias de nuestro país.

De esta manera, esperamos se logre enfocar también las necesidades del empresariado desde una perspectiva abierta y realista, sin juicios preconcebidos ni especulaciones negativas respecto a sus intereses y motivaciones. En este sentido cabe destacar el compromiso de un sector tremendamente relevante del mundo empresarial, que con grandes esfuerzos está orientando su labor desde una perspectiva de responsabilidad social empresarial, tal como es hoy la tendencia en mercados cada vez más exigentes en relación al impacto social del quehacer empresarial. Esperamos que este enfoque- y los avances impulsados en Chile en esta materia- puedan clarificar en su justa medida la relevancia y los beneficios de esta inversión social, y encontrar adecuado apoyo en el empresariado.

Movimiento por un Postnatal de 6 Meses Íntegros. Mayo 2010.